Un nuevo reto

En el devenir profesional se presentan momentos que permiten desarrollar aquellos compromisos de vida que trascienden y se convierten en apostolados. Esta es una de esas maravillosas ocasiones.

Es un orgullo y verdadero estímulo intelectual, el pertenecer a la comunidad de docentes del Instituto Universitario de Tecnología Industrial, extensión Caracas, para el período académico 2008 – II.

Esta experiencia, distinta a la que hemos tenido hasta ahora en el trabajo con comunidades organizadas y con profesionales la mayoría en edad adulta contemporánea, se presenta con jóvenes estudiantes de pregrado, que están por culminar su carrera. Nada mejor que poder transmitir junto a los objetivos de cada unidad curricular, aquellos principios y valores que promuevan, impulsen y consoliden el respeto a la dignidad humana.

Se trata del reconocimiento de la total autodisponibilidad, sin interferencias o impedimientos externos, de las posibilidades de actuación propias de cada persona, y de su incidencia en la historia de la humanidad, que cada día, conscientes o no, construimos con nuestras acciones.

Así entonces, la dignidad humana es la garantía negativa de que la persona no va a ser objeto de ofensas o humillaciones, supone también la afirmación positiva del pleno desarrollo humano de la personalidad de cada individuo.

Será tarea cotidiana, en cada encuentro con los alumnos, reforzar el conocimiento y la puesta en práctica del respeto al otro, que surge de la convicción personal hasta llegar a la práctica profesional. Necesitamos ciudadanos, profesionales éticos, que contribuyan a hacer grande la patria que todos queremos.