El inicio de año trae consigo las esperanzas, que cada uno de nosotros albergamos en relación con nuestra vida, la del país y la del mundo. En muchas ocasiones lo que se desea tiene que ver con asuntos insatisfechos que incentivan a la lucha por las justas reivindicaciones, pero también pueden ser situaciones consolidadas que se convierten en trincheras para no retroceder en los logros conquistados.
Este año el país se enfrenta a grandes retos, comenzando por las expectativas que se generan en la población más desposeída de nuestra patria y que ha sido históricamente excluida además de terriblemente afectada por las lluvias, ante la posibilidad que la Ley Habilitante otorgada al Ejecutivo Nacional por la Asamblea Nacional, consiga efectivamente producir una legislación que empuje hacia el cambio social que enrumbe a la patria hacia un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, tal y como lo establece la Carta Magna.
El 2011 nos brinda además, la oportunidad de ser testigos del regreso de la oposición a los espacios de la Asamblea Nacional. Será interesante observar cómo los representantes de aquellos que dieron un golpe de estado (2002) y luego se retiraron de las elecciones parlamentarias (2005) retornar a las vías democráticas.
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